jueves, 1 de octubre de 2015

La camisetas

Mónica y la Otra no eran taurinas, pero sus trajes de luces eran camisetas con letreros. Eran letreros luminosos, pero sin corriente eléctrica, que entre una y la Oltra, ya movían bastantes elecpotrones.
Y no es de extrañar, por el uso y abuso de comerse kilometros a más no poder, pues de los más de 100 km que se registran en cualquier mapa, ella insiste en que solo hay 45km, y que por lo tanto es un aeropuerto inútil, caprichoso y a todas luces de carteles, innecesario, porque ya está el de Valencia, el de su Valencia.
Menos mal, que hasta ahora no se le ocurrido decir, que para que queremos al Villarreal jugando en la primera división de fútbol, si ya tenemos al Valencia, ( que el Villarreal sea el actual líder y el Valencia esté de mitad tabla para abajo, seguro que podría ser slogan para una camiseta).


El ruido contra la lógica

Esta claro que las gafas no le favorecen mucho,y el resto de la cara tampoco,  y está oscuro que las camisetas distraían bastante.

Oltra: “No vamos a tolerar que se gasten más dinero público en el aeropuerto de Castellón, ahora para que vengan aviones”

Y seguro que son muy tolerantes y comprometidos.
Valencia, una ciudad de camisetas mojadas, donde lo importante es el relleno, o el rotulito.
Las camisetas son para el verano o para la oposición.

Ahora compro mis bragas y sostenes
donde compro mis votos y ovaciones,
en mis compromis.
Compro, compro compro,
todo para mí,
ya veré cuando reparto.
"Tus sus son mis mis,"
escribía yo en un poema olvidado,
donde el dar no era vender
ni el comprar, Compromis,
Ya te espero a las fiestas,
si se te ocurre venir,
con una camiseta.



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